VISIONES PARPADEANTES Y VIOLADORAS
Un rostro cualquiera representa una interpretación de una visión relativa, determinada por factores diversos, por lo general internos, que se ven afectados por efectos singulares sobre cada persona que luego lo mira, proporcionando insumos que se vuelven positivos o negativos, óptimos o corrosivos, dependiendo de las circunstancias que han influido en la formación individual, para entonces captar parpadeantes reflejos que se opacan o brillan, dependiendo de los ataques y emboscadas padecidas por las neuronas ideologizadas de los seres observadores, mientras que se van transformando en violadores, siendo paralelamente multiplicadores de visiones parcializadas o modificadas.
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