MIASMÁTICOS RECUERDOS
Viendo nuestros reflejos en los espejos, instalados en paredes invisibles para los ojos ajenos, simplemente vemos los espectros de nuestras propias almas queriendo fugarse, brotando como vapores de unos cuerpos miasmáticos, en permanente descomposición orgánica, dejando ver escabullirse los gases de los elementos y sustancias que los conforman, los cuales se van esparciendo por los espacios previamente ocupados por nuestras expansibles inconciencias, mientras desaparecen sin llegar a considerar las conexiones remotas que se van rompiendo al chocar contra las malas memorias de unos recuerdos calculados para extinguirse con el paso del tiempo, que se va desocupando por los olvidos humanos.
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