LOS VERDADEROS CULPABLES
Estamos cíclicamente ingresando donde anteriormente no había entrado nadie, son lugares cismáticos, abiertos entre las superficies de las cimas del conocimiento humano, aparentando ser llagas inmensas a través de las cuales descendemos de manera dócil e ingenua, hasta alcanzar los bordes de unos cauces secos de ríos previamente drenados por insensatos aprendices de trucos y magias, a raíz de haber bebido sin pausa los desechos arrojados en ellos, quedando luego con sed de derechos y a la expectativa de lo que no es jugo ni juego, ni un momento ideal en el que se deba esperar cuando se tiene la urgencia de modificar las consecuencias y causales que ocasionan las tendencias en boga, respecto a las cuales no hacemos preguntas ni exigimos respuestas a los verdaderos culpables, o sea a nosotros mismos.
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