MAGNIFICANDO SANDECES
La magnitud de nuestra trascendencia, entre la dimensión que tiene y maneja el universo, no alcanza a marcar ninguna importancia para el tiempo mientras permanecemos ocupando su espacio, incluyendo a aquellos que creen estar escribiendo la historia comunal de una especie totalmente individualista, porque somos una minúscula instancia posterior a las huellas que dejan nuestras masas antes de desaparecer para hacer parte de la transformación de la materia que utilizamos durante nuestras cortas existencias, así que tenemos que disfrutar la albricia que significa envejecer, así no tengamos ni tomemos conciencia de la estupidez colectiva que es mantener y ser parte de una imbécil contabilización de años y sandeces.
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