INDIGNANDO CAPACIDADES SIN USO
La capacidad de expresión sobre lo que queremos, debemos y tenemos que decir, o sea hablar libres y sin temores por medio de nuestras bocas y lenguas, se ha convertido en conversaciones cifradas e encriptadas entre personas que asumen voluntariamente hacerse sordos y ciegos, a raíz y por culpa de la represión sicológica y violenta impuesta de parte de los sistemas sociales imperantes, transformando los diálogos necesarios y requeridos en silenciosos mensajes mentales, intentando cada quien con muecas y señas faciales manifestar lo que por palabras no se puede o quiere decir, terminando apresados al interior de unos organismos andantes y circundantes entre una realidad invisibilizada y por tanto rechazada, con cerebros situados en los extremos superiores de unos cuerpos ensimismados, asunto que cada ser humano ha vuelto en una manera indigna de sobrevivir.
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