CUENTAS CUÁNTICAS
Nacido un día catorce de octubre de un año desconocido por muchos, fui sorprendido con el hecho de reconocer que a un religioso le dio por dejar de contabilizar de tajo diez días, entre los que estaba incluido el mio, para que los ancestros despertaran sorprendidos porque habían desaparecido doscientas cuarenta horas, en medio de las cuales engendraron y parieron vidas de criaturas que entonces perdieron el tiempo imaginado, dando lugar a conjeturas sobre sucesos que detallan posibilidades cuánticas de haber dejado espacios vacíos para las masas concebidas.
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