COLOMBIA SIEMPRE HA SIDO UN PAÍS EN GUERRA PERMANENTE
En Colombia jamás hemos podido disfrutar la paz ni vivir con
ella, primero que todo por nuestras permanentes luchas intestinas, principalmente
producidas o generadas porque nuestras clases privilegiadas siempre han evitado
y rechazado cualquier intento de mejorar las condiciones sociales y económicas de
los que no lo son, y que como vamos, tampoco a futuro lo podremos hacer, pues ya
hoy tenemos otra guerra en ciernes sobre nuestras cabezas, al tener de vecino a
un país como Venezuela, el que se ha ido convirtiendo en una tiranía o
dictadura comunista, tipo de gobierno a la que esas clases privilegiadas le
tienen pavor, miedo, fobia o terror, ya que consideran que se nos puede trasladar
hacia nuestro lado, como si fuera una contagiosa enfermedad o una epidemia, a
raíz de los altos índices de resentimiento social que tenemos acumulado en
nuestros propios habitantes sin privilegios, además que consideran que nos hace
susceptibles de adquirirlas por nuestra larga historia de corrupciones, injusticias
y violencias, por lo que la hemos ido poco a poco transformando en enemigo.
Además que allá se está librando desde hace un muy buen rato
una fuerte e intensa batalla geopolítica, económica, filosófica y cultural, de carácter
regional y hasta mundial, pues ésta nación, Venezuela, ha tenido que recurrir a
la intervención física y a la ayuda económica de los principales enemigos históricos
de Estados Unidos y de sus países satélites, o sea de Cuba, Rusia y China, al venir
siendo bloqueada y atacada por este país y sus respectivos gobiernos, ahora con
mucha más razón con el actual, que no acepta ni permite esos giros políticos, pues
ahora mucho menos cuando tienen como presidente a un ser extremadamente materialista,
derechista y demencial por la cantidad de fobias que demuestra sufrir, como por
ejemplo siendo un ser demasiado fanático de los supremacistas blancos, xenofóbico
(fobia a los extranjeros, sobre todo a los mexicanos y latinos), politicofobico
(fobia a los políticos), homofóbico (fobia a los homosexuales), peniafobico
(fobia a la pobreza), cacorrafiofobico (fobia al fracaso), epistemofobico (fobia
al conocimiento), ecofobico (fobia a la ecología), diquefobico (fobia a la
justicia), y así podría seguir enumerándole muchas de las fobias que considero
que padece este personaje, además que ha resuelto y vuelto a revivir políticas
y manejos obsoletos, o que parecían haberse superado en un planeta globalizado,
como el “american first”, o sea primero Estados Unidos, cuando ha sido precisamente
el país que globalizo al mundo, o el de “América para los americanos”, o lo que
en su momento (principios del siglo pasado) se conoció como la doctrina Monroe,
que se caracterizó por considerar al resto de América en el patio trasero de
los norteamericanos, y que desgraciadamente para Colombia nunca hemos dejado de
ser.
Por todas estas circunstancias nos estamos de nuevo
acercando a vivir nuevos periodos de intensa y altísimos niveles de violencia,
pues además nuestra actual dirigencia no está midiendo las consecuencias de
seguirle el juego al actual gobierno norteamericano, al querer utilizarnos de
puente para atacar a un gobierno como el venezolano, armado hasta los dientes,
y que no tiene intenciones ni se va a dejar sacar a las malas ni a garrotazos.
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