LA ESENCIA DEL PROGRESO HUMANO NO ES PRIVADA
La suerte del mundo, el cual sigue insistiendo en ser edificado sobre cimentaciones humanas, no es un asunto casual ni tampoco fortuito, está siendo elaborada y basada sobre estructuras creadas con un acero industrializado dentro de corporaciones ansiosas por obtener los mayores ingresos que beneficien los privilegios y ganancias de sus accionistas, por esto y por muchos otros motivos representan intereses adversos hacia los postulados naturales que también rigen y afectan a la humanidad, desde siempre reclamados y exigidos por parte de las decisiones distintas a las que mantienen vigentes los ritmos de un progreso impuesto por intereses privados, contrarios a los fundamentos sociales que protejan las esencias generales.
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