CERREMOS LOS CÍRCULOS PELIGROSOS E INNECESARIOS
El que una persona antisocial y agresiva se sienta ofendida porque sea sorprendida haciendo una de sus consabidas maldades o pilatunas abre de inmediato un círculo ilegal defensivo, en cuanto existen esguinces entre las leyes que los terminan amparando, a todos los que piensan y actúan igual, ya sea en la cotidianidad de la vida o detrás de un medio de comunicación, entonces le corresponde a las sociedades humanas y mundanas encontrar los métodos concisos y precisos que obliguen a los delincuentes de la ética y la moral colectiva a comprender y aceptar que esos círculos en favor del bandidaje son peligrosos e innecesarios y se deben y tienen que cerrar.
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