MALDICIENDO LAS PARTES DE UN DESBALANCE
Maldigo a tener que proferir alabanzas sobre las balanzas humanas, pues nadie puede ser feliz bajo la atmosfera de un planeta donde el desliz moral es la ética que galopa sobre los hombros de seres muertos en vida, hombres y mujeres, junto al resto de organismos, envueltos con alambres para que no se puedan ellos mismos arrancar el hambre, física o mental, que les mantienen confundidos entre las pelambres que cubre la sangre derramada desde unos cuerpos en descomposición luego de haberse pisoteados por aquellos que se ríen sobre los cadavéricos especímenes de una especie a la cual han partido en mil pedazos.
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