PARA LOS MISERABLES NO EXISTE EL CIELO
QUE IMAGINAN
Para quienes han
encontrado en la religión el sustento vital para validar sus fechorías,
les tengo que decir
que darse golpes de pecho y arrodillarse nunca contendrá
el suficiente perdón para
salvarse de las culpas que tienen acumuladas entre el infierno
de los miserables, siendo
éstos, seres sagaces que buscan llegar directamente
a su propio cielo
inescrutable, sin tomar en consideración que todos los pecados terrenales,
cometidos paralelamente
a cada día en que se persignan por levantarse, para acometer
posteriormente lo que
no tienen que hacer, se concentran y se transforman en la demoledora
fuerza de una potente
conciencia social, la cual termina por cobrar, si esto no ocurre directo
sobre el cuerpo del mismo
pecador, sí lo hará en contra de su estirpe, así sea un tiempo
después al momento en
que concibió su infame agresión.
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