PAGANDO EL COSTO DE UN PEAJE PARA CONVENCER A OTROS
Nadie desde la incomodidad de una silla desvencijada y frente a una pantalla de un computador mandado a recoger envía tantos mensajes por las redes de comunicación, como yo lo hago, queriendo cambiar a otras personas de pensar distinto para actuar diferente a como lo hemos venido haciendo desde que las sociedades venimos transitando los senderos pavimentados por la avaricia y la vanidad personal, construidos y abiertos para pagar peajes costosos por quienes se inventaron el dinero y la acumulación como proyecto de existencia ideal, sin embargo, no desisto del esfuerzo y los seguiré intentando convencer.
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